Muchos de nosotros pensamos en que los niños/as son seres inocentes y puros, libres de toda la maldad que alberga nuestra sociedad, pequeñas personitas que merecen respeto y toda nuestra atención para asegurar que sean ciudadanos de bien.

¿Es esto cierto?

El 15 de agosto, en Perú se festeja el día del niño, muchos padres van a las tiendas y aprovechan las ofertas en juguetes, otros llevarán a sus hijos a comer lo que les guste o al cine. Será un momento de compartir y demostrar en cariño y lo importante que son nuestros hijos/as, sobre todo para aquellos padres/madres que por motivos de trabajo están largas horas fuera de casa y no pueden gozar de manera plena de ver a sus hijos/as crecer.

Sin embargo a varios miles de kilómetros de distancia de nuestra atiborrada ciudad están ellos, los/as niños/as de Gaza, con las mismas características de los nuestros, los que sueñan con que al final del día los suyos sigan con vida, niños/as que les toco vivir una realidad que no merecen y obviamente, no saben lo que se festeja el viernes, sin embargo conocen la maldad, desesperación y muerte. Niños/as que son “culpables” de haber nacido de un Dios distinto al de sus verdugos.

Para muchos este conflicto será lejano y hasta absurdo, sin embargo, es importante conocer y tener en cuenta las diversas realidades y solidarizarnos por lo que pasan los demás.

Muchos nos sentiremos tranquilos que nuestros niños/as están a salvo de las bombas y misiles, sin embargo, esta no es la única forma de que los niños/as mueran. En nuestro país el 19,5% de niños/as tiene desnutrición, de los cuales el 39% viven en la zona rural (INEI, 2011), parece irónico decir que los niveles de pobreza han disminuido; lo cierto es que no todos festejarán el viernes 15 el día del niño, muchos seguirán luchando para tan solo sobrevivir.

Qué lejos nos encontramos de ser personas, de haber desarrollado algo de conciencia que nos permita ser capaces de pensar en los demás, ojala las próximas generaciones no volteen la mirada, cambien de canal o peor aún, se acostumbren a ver niños morir por los misiles y bombas o por la falta de preocupación de las autoridades.

Mientras los centros comerciales estén llenos en Lima, en la Franja de Gaza ellos solo pedirán ver la luz el 16 de agosto.